En un país de incertidumbres y diversidad, se dio paso a una protesta en las calles. Nadie pensaba que un grupo de jóvenes escribiría en acciones la frase de Manuel Gonzales Prada: "Jóvenes a la obra, viejos a la tumba". El pueblo indignado protestaba desde sus casas haciendo sonar las cacerolas en son de protesta.
La voz de una profesora también se hizo escuchar a través de una décima e inspirado en el amor fino que había empezado a escuchar. Y entonces escribió:
Hoy mi voz no quiere callar
ya las calles hablan fuerte
no les temen a la muerte
cacerolas voy escuchar
Los jóvenes van expresar
con fanfarria y mil gritos
Basta de robos y ritos
todos contra la vacancia
Perú no quiebres constancia
¡Largo ladrones, sin mitos!
De repente, vio en su celular un video de las protestas, el ánimo de la gente y empezaron a surgir muchas preguntas e inquietudes: ¿Cuál es la importancia de educar el pensamiento crítico y razonamiento? ¿Qué oportunidades de aprendizaje nos brinda la vacancia de un presidente? ¿Cómo podemos incentivar el pensamiento crítico y el razonamiento en nuestros estudaintes y la comunidad?
Y cuando iba continuar escribiendo nuevos versos, intentó explorar las noticias de las redes sociales tomando distancia, pero dolía tanto que se puso a cantar un amor fino sin oponente.
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