Memorias de una gallina

Memorias de una gallina

miércoles, 17 de agosto de 2011

La espera



Y llegó el día esperado. Alfredo vestía de frac negro con una corbata azul y negro. La iglesia estaba decorada con flores blancas e iluminada para la ocasión. Los familiares alborotados y nerviosos destacaban en las primeras filas.


Pasaron muchos minutos y Carla no llegaba.

Todos los invitados empezaron a murmurar. Parientes de ambos lados, desfilaban con sus hijos de la calle a la iglesia y viceversa. Otros esperaban en las rejas impacientes como el novio. Alfredo preso del desconcierto, no paraba de mirar el reloj y se secaba el sudor que le bañaba la frente y marcaba sus arrugas. Él salía y entraba del recinto religioso, parecía un volcán en erupción. El párroco intentaba en vano apaciguar sus ánimos.


Los intentos por comunicarse a casa eran vanos. El celular le respondía: "Deje su mensaje". Alfredo estaba a punto de estallar. Ni su familia podía controlarlo.



De pronto apareció Carla, como nunca la había visto Alfredo.

Lucía un vestido color perla con encajes y su cabello adornado por flores naturales. Sonreía y saludaba coqueta a todos con la mano. Alfredo no espero que llegará hacia él , fue a su encuentro y le dijo:


-Mujer, te esperaba desde hace mucho.

Ella sin dejar de lado su coquetería y con la sonrisa a flor de labios le respondio cariñosa:


-Amor, yo he esperado hadsta el día de hoy or ti y no me quejo. Mirame ¿Acaso no he envejecido contigo?, ¿No ha valido la pena verme así?, solo me has conocido de e zapatillas y jeans, mira que ha sido un milagro dejarme maquillar y peinar ¡pobre estilista! Empezó a reír.


El rostro colérico de Alfredo se transformó a calmado. Hizo memoria y se rió con su amada. Ella le tomó la mano. Y se miraron como adolescentes enamorados.


Y luego de este intercambio de opiniones y recuerdos, Alfredo y Carla, entraron del brazo a la iglesia para formalizar su unión después de cincuenta años de vivir juntos, ser padres de cinco hijos y abuelo de doce primorosos nietos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las emociones de un año que se va