Hace mucho tiempo, en Pincha Pampa cerca a un río donde lavábamos la ropa y donde salían patos salvajes y los caballos corrían para pastear, se apareció la otra vida a mi papá. Dicen que se presentan a las personas que van solas por el camino.
Eran cinco para las doce, mi papá estaba borracho y quería salir, mi mamá le dijo:
-¿A dónde vas? Mucho sales por la noche.
-Tengo que salir le contestó papá y así borrachito se fue a la calle.
De repente, el camino se cerró y una persona gigante no le dejaba pasar.
-Bernardina, Bernardina -gritó él.
Como en ese tiempo no había luz eléctrica. Ella hizo una antorcha: cogió un palo y un trapo, que amarró fuerte y le echó kerosene. Luego, corrió hacia donde gritaba mi papá. Lo encontró echado en piso y botando espuma.
Cuando pudo hablar, le contó que se le había aparecido la otra vida.
Esta historia la escuchaba yo de niña a mi mamá, cuando mi tía nos visitaba. Ellas son del Cusco y nos contaban historias del condenado, la otra vida y el macho antiguo.
Para ti que te gustan las historias, quieres compartir la experiencia de ingresar a un mundo mágico donde puedes ser también el protagonista, entonces puedes contar conmigo.
Memorias de una gallina

domingo, 20 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Escribir es una de mis pasiones. Nací en Pueblo Libre, es un lugar rodeado de parques y de mucha historia, por la pandemia no podíamos sal...
No hay comentarios:
Publicar un comentario