Nadie escoge el lugar donde nace ni conocer a las personas que de alguna manera dejan huella en tu vida. Crecí como cualquier niña que quiere conocer el mundo y el lado bueno de las personas, pero en el viejo solar en que vivía las paredes escondían el odio gratuito.
Así fue que las vecinas de la primera casa nos enseñaron que jugar era malo, que reír era escandaloso y que triunfar en la vida era imperdonable.
Por eso decidí apartarme de la humanidad y transformarme en un felino, en esos seres que contemplan el mundo sin aparentemente importarles nada. Pero, eso no es cierto.
Sigo batallando a pesar de las heridas,sacando las garras, torturando a los vecinos con mi canto y es que lo que ven de malo en mí depende de los ojos con me miran.
Para ti que te gustan las historias, quieres compartir la experiencia de ingresar a un mundo mágico donde puedes ser también el protagonista, entonces puedes contar conmigo.
Memorias de una gallina

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Escribir es una de mis pasiones. Nací en Pueblo Libre, es un lugar rodeado de parques y de mucha historia, por la pandemia no podíamos sal...